La era JK - Ensayos de una utopía

Presentamos está traducción recuperada de un artículo de Mario Adner alrededor de Juscelino Kubitschek, y la época de oro de la música brasileña, publicada por nuestro medio impreso, ya desaparecido, Artificios, hacia mayo de 2004.


| Por Mario Adner* 



Soy un músico nacido y formado en Rio de Janeiro en 1957 durante los “años dorados” del gobierno de Juscelino kubitschek y fui, de alguna forma, contagiado –bueno, aún lo sigo estando- por el optimismo de un periodo que muchos han descrito como uno de los más felices de la historia de nuestro país, sobre todo para la música brasileña.

Trad: Sophia Vázquez Ramón


Vinicius de Moraes


No se podría hablar de Bossa Nova sin hablar, obviamente, de músicos como Joao Gilberto, Antonio Carlos Jobim o Vinicius de Moraes, junto al favorable clima creado por Kubitschek alrededor de este periodo y, lógicamente, de la contribución de nuestros grandes e inquietos héroes, entre arreglistas, compositores, músicos e interpretes que venían modernizando la música brasilera a pesar de otros tiempos menos azules (la lista es interminable).

Cuando se habla de Bossa Nova, asociamos de inmediato dicho rotulo a un movimiento musical creado por una pequeña elite de la zona sur de Rio de Janeiro. Algunos críticos puristas aseguran que era la música popular que pasaba de las casas cariocas a los apartamentos, minimizando, tal vez sin darse cuenta de ello, la importancia de lo que realmente ocurrió. La verdad sea dicha. Esta novedad no fue algo que se hubiese formado a ultima hora, más bien obedece a un complejo proceso de incubación que llevó años manifestándose calladamente durante un largo invierno hasta llegada aquella primavera que trajo consigo la “era JK”.

Tom Jobim, João Gilberto y Vinicius de Moraes fueron, por lo tanto, la punta del Iceberg. Y si se piensa bien, su obra es la más desenfadada y utópica de todo cuando se dio en el Brasil con los días felices de Kubitschek: es mucho más que un producto de la zona sur de Rio y mucho más que una música estrictamente brasilera, tanto que atravesó sus fronteras.

En el inicio de los años 50, Tom Jobim trabajaba fuertemente en las noches cariocas para sostener a su familia, aunque ya demostrase su talante vanguardista con melodías y armonías bastante avanzadas. Joao Gilberto aún no había sido influenciado por aquella tendencia sintética de la guitarra y Vinicius era un diplomático que escribía poemas un tanto eruditos. Juscelino era gobernador del estado de Minas Gerais y ya había hecho algunos ensayos para ese futuro próximo, con la ampliación planeada de la ciudad de Belo Horizonte, incluyendo la creación de un barrio entero en Pampulha, proyectada por un joven arquitecto, Oscar Niemeyer. Véase como JK ya tenía un sexto sentido muy desarrollado para descubrir y estimular todos estos nuevos talentos.

Es interesante observar, sobre un punto de vista artístico y musical, cómo esos personajes pudieron surgir como era debido en el periodo de presidencia de Kubitschek. Su afinidad con artistas y literatos hizo que fuera tan generoso con la música brasilera que se iba gestando.

Juscelino nació en Diamantina en 1902. Tuvo una juventud bastante pobre, quedó huérfano de padre a los dos años y fue alfabetizado y educado por su madre, la profesora de escuela primaria Julia Kubitschek de Oliveira. Su padre, Joao César de Oliveira, era un hombre bohemio e inteligente que, como la mayoría de los habitantes de su ciudad, gustaba de las serenatas. Era además excelente bailarín y buen guitarrista. “En todas las fiestas era aclamado; mamá tenía un temperamento contrario al suyo, era rigurosa, hija de un alemán muy disciplinado”. La ciudad de Diamantina, así como las otras ciudades de Minas de aquel tiempo, eran muy rigurosas y tenían que regirse por tales modos de vida. Fundaban sus propios clubes literarios y sus escuelas eran al mismo tiempo núcleos culturales. -“Durante casi 200 años, ocho o nueve sitios de aquellos, distribuidos por Diamantina, Mariana, Ouro Preto, Serro, albergaban la cultura de la zona. De modo que todos los que allí vivíamos teníamos el orgullo de esos “diamantinenses” que habían pasado por ahí y que, saliendo de aquel lugar, habían conquistado, en otros puntos del país, gloria o fama. Sobretodo la política enseñaba de esas oportunidades y también de literatura,”


Juscelino Kubitschek


Joao Nepomuceno Kubitschek, tío abuelo de Juscelino, uno de los primeros ídolos del “menino Nonó”, llegó a ser vicegobernador del estado, volviéndose famoso por su poesía declamada en las noches de luna de Diamantina. “Él estudiaba en São Paulo con la ayuda de otros brasileros ilustres de la literatura,  entre los cuales el más grande era el inmenso Castro Alves, que solo cuidaban de escribir versos”.
A los seis años tuvo, por primera vez, una “sensación de contacto con una persona importante” con la visita del presidente de Minas (Llamado gobernador de estado en su época), Joao Pinheiros de Diamantina, que viajo por varios días a caballo y fue recibido por su madre. El “presidente”, en la sala de visitas de su casa, prometió fundar el primer grupo de estudio de Diamantina, designio cumplido al poco tiempo. Luego, D. Julia fue la primera profesora designa y con ello mejoró el estado de vida de su familia, Juscelino fue un niño bastante estudioso. Devoró trescientos libros de la biblioteca, sobre todos los asuntos de importancia para los de aquella ciudad. Estudió francés con una nativa llegada con su marido a principios del siglo anterior, un trabajador de diamante que, cansado de explorar minas y exhausto de aumentar los estragos de las fronteras, volvió a su tierra dejando atrás su mujer brasilera. Con ella, Juscelino tradujo todo el teatro francés: Moliere, Voltaire y Racine.

Aquellos datos sobre su infancia y adolescencia parecen suficientes para dar luz sobre la importancia de la música, la poesía y la literatura que de manera general tuvieron relación con la vida del presidente del Brasil. Con toda certeza, la herencia de de aquella disciplina y rigidez de su madre, de su tío político, de aquella promesa cumplida del presidente de Minas, además de su simpatía y bohemía, son pherencia de su padre. Pero su alegria y bohemia no fueron sólo producto de familia.

A finales del 76, poco antes de su muerte, él mismo admitía: " Es muy dificil que un hombre salido de Diamantina, hijo de una viuda, pobre, llegue a ser presidente. Se necesita tener un poder de comunicación, más allá de mis difilcultades". ¿Habrá sido algo "orquestal"?


De vuelta a los años 50 ese "sentir especial de comunicación" ya había llevado dos veces a Juscelino a la cámara de diputados, a la prefectura de Belo Horizonte y al gobierno de Minas.

Al tiempo, en Rio, Jobin continuaba intentando resolver "las dificultades de los de abajo". João y Vinicius estaban pasando por las medianas. Para Jobim la vida no era sólo bohemia. Descubrió que el pianista no llegaría al lugar de su obra a partir del dolor: estudió con maestros como Koellreurer, Tomas Teeran y Lucia Branco para ser alguíen, y entendió lo que implica vivir al nitmo de la noche y del azhar . Para entender su vida partió para el "cubo das treivas", como se decía en las noches cariocas, y pasó luego por muchos problemas. Trabajó en una editorial y luego en una imprenta local, donde laboró como arreglista local con ayuda de Radames Gnattali, unode sus idolos. En 1953 grabó su música luego de hacer arreglos para artistas como Orlando Silva y Dalva de Oliveira al final de su carrera.. En 1954 vio su primer triunfo, Teresa da Praia con Billy Blanco en la voz de Dick Farmey y Lúcio Alves. Su talento de orquestador lo llevó a proyectos osados como la "sinfonía de Rio" que quizá fue una preparación para el "Orfeu do Conceicao", el primer trabajo con Vinicius que vio la era JK, y más tarde, Brasilia, "Sinfonía de Alvorada". Vinicius fue descubierto con la simplicidad de una poesía que guarda un sentir popular. Luego se fue alejando de aquella idea del "poeta popular".

Musilcalmente Jobim era ya moderno y tuvo todas las facultades musicales de lo que engendra ese poeta brasilero., "feliz soberano" en la expresión de Chico Buarque. Como me dijo alguna vez., en entrevista gravada para la radio, que existe una necesidad de limpiar la música, con su forma y su sentido, para dar entendimiento a la economía. -"Mi piano es economía Siempre intenté ser conciso con las notas, uso pocas y buenas, sin estar tentado a decir algo con sentido. Creo que esa preocupación dio resultado.Aquella cosa que vi, la puedes vez hoy día en el discurso de los músicos, decir mucho con pocas notas. Antiguamente el pianista, el virtuoso, era aquel que hacía un montón de arpegios y escalas. Los musicos de viento, por ejemplo, aún utilizan muchas notas en el saxo o el clarinete y así adoptaron esa "manía" de decir lo verdadera-mente esencial. La samba tenía mil percusionistas, los espacios estaban todos ocupados y la batería parecía un mar en tempestad, eran muchas cosas sonando al unisono, de allí la necesidad de ir depurando". El detalle faltante para el cambio al que Tom se refería fue, con toda certeza, la busqueda de economía en la guitarra de João Gilberto.

João llegó a Rio en 1950, luego de haber trabajado en Salvador en la Rádio Sociedade da Bahia, para integrar el grupo vocal "Garotos da lua" contratado por la Rádio Tupi y por indicación de Alvinho, amigo suyo e integrante del grupo. En esos días, él empezaba a desarrollar su voz muy al estilo de Orlando Silva, uno de sus mayores idolos. Llegó a grabar dos discos de 78 rotaciones cantando de esa forma. Un detalle curioso fue que una de las caracteristicas de la interpretación de Orlando Silva era el constante juego que hacía con las melodías, adelantantose o atrasandose del acompañamiento, cosa que se convertiría más tarde en una marca inconfundible de Gilberto. La diferencia es que, dado que João era ante todo un guitarrista, podía tener mayor control ritmico sobre el rubateo, pues era el directamente responsable de su acompa-ñamiento. Parece mentira pero ese "don" de João fue gestado precisamente en Diamantina durante los ocho meses que estuvo confinado en casa de su hermana Dadainha, al tiempo que Juscelino se encontraba en plena campaña presidencial. ¿Estaría todo planeado y ensayado?...

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*Mario Adner
 es compositor, guitarrista y productor carioca. Ha sido presentador de programas músicales en el Brasil, crítico músical y colaborador de artistas como Tom Jobim y la cantante japonesa Lisa Ono. El artículo presentado fue gentilmente cedido por el ministerio de relaciones exteriores del Brasil y apareció originalmente publicado en la revista Textos do Brasil.

PdL